Los “edificios verdes” serán la norma en unos años.Los “edificios verdes” serán la norma en unos años
Es muy interesante ver como la gran mayoría de los nuevos edificios que se están construyendo actualmente o que su construcción está por empezar tienden hacia los diseños sostenibles y el uso de energías alternativas que minimicen o incluso eliminen su impacto medioambiental. En este sentido los países desarrollados, principalmente en Europa y Asia llevan la delantera, aunque tampoco hay que olvidar regiones específicas como los Eminatos Árabes.
El diseño de “edificios de energía cero”, como se les ha comenzado a llamar, a dejado de ser más que una gran muestra de buenas ideas y propósitos empujados por una moda para dar paso a normas estrictas que han comenzado a establecer plazos, quizá bastante utópicos pero necesarios, para que en un futuro todas las construcciones que se realicen pueden tener la distinción de “cero emisiones de carbono”.
En este sentido ya existen certificaciones que distinguen edificaciones respetuosas con el medio ambiente, a veces llamadas “bioconstrucciones”, término que yo dejaría pendiente hasta que las edificaciones se construyan con materiales más orgánicos. Entre todas las certificaciones existentes destaca LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) por haber sido adoptada por varios países del mundo, entre ellos Estados Unidos.
En este tema de la edificación sostenible la Unión Europea lleva la delantera, pues ha creado la Energy Performance of Buildings Directive (EPBD) que se encargará de regular la edificación respecto a los parámetros energéticos y que tiene como objetivo que para 2019 los edificios públicos sean ambientalmente responsables y que para 2021 lo sean todos los nuevos edificios.
Por ahora el problema principal radica en que el uso de tecnologías que minimicen el impacto de una edificación eleva los costos iniciales de manera importante, lo que esta deteniendo el avance de esta industria. Sin embargo, cuando se mejoren los sistemas de aprovechamiento de energías solar y eólica, la capacidad de las baterías, los materiales biodegradables y demás cuestiones, entonces seguro que podremos hablar de que la construcción de “edificios verdes” será la norma y no la excepción como aún sucede actualmente.
Es muy interesante ver como la gran mayoría de los nuevos edificios que se están construyendo actualmente o que su construcción está por empezar tienden hacia los diseños sostenibles y el uso de energías alternativas que minimicen o incluso nulifiquen su impacto medioambiental. En este sentido los países desarrollados, principalmente en Europa y Asia llevan la delantera, aunque tampoco hay que olvidar regiones específicas como los Eminatos Árabes.
El diseño de “edificios de energía cero”, como se les ha comenzado a llamar, a dejado de ser más que una gran muestra de buenas ideas y propósitos empujados por una moda para dar paso a normas estrictas que han comenzado a establecer plazos, quizá bastante utópicos pero necesarios, para que en un futuro todas las construcciones que se realicen pueden tener la distinción de “cero emisiones de carbono”.
En este sentido ya existen certificaciones que distinguen edificaciones respetuosas con el medio ambiente, a veces llamadas “bioconstrucciones”, término que yo dejaría pendiente hasta que las edificaciones se construyan con materiales más orgánicos. Entre todas las certificaciones existentes destaca LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) por haber sido adoptada por varios países del mundo, entre ellos Estados Unidos.
En este tema de la edificación sostenible la Unión Europea lleva la delantera, pues ha creado la Energy Performance of Buildings Directive (EPBD) que se encargará de regular la edificación respecto a los parámetros energéticos y que tiene como objetivo que para 2019 los edificios públicos sean ambientalmente responsables y que para 2021 lo sean todos los nuevos edificios.
Por ahora el problema principal radica en que el uso de tecnologías que minimicen el impacto de una edificación eleva los costos iniciales de manera importante, lo que esta deteniendo el avance de esta industria. Sin embargo, cuando se mejoren los sistemas de aprovechamiento de energías solar y eólica, la capacidad de las baterías, los materiales biodegradables y demás cuestiones, entonces seguro que podremos hablar de que la construcción de “edificios verdes” será la norma y no la excepción como aún sucede actualmente.